Estás de viaje con tu familia y se te activa la reserva del coche. Si en ese momento siempre te preguntas cuánto dura la reserva del depósito de tu vehículo, te despejamos las dudas al respecto. ¡Y te damos algunas recomendaciones!
¿Qué es la reserva de un depósito?
Para aquellos que no lo sepan, la reserva no es más que la alerta del coche avisando de que, según el modelo, le queda combustible para hacer, aproximadamente, de 50 a 100 kilómetros. Así, no es que el coche tenga un pequeño depósito de reserva ni nada por el estilo, sino que se conoce por reserva a esos últimos litros que separan al coche de estar encendido a no poderse ni mover. La reserva nos la indicará una pequeña bombilla de led que se encenderá y por tanto nos avisará.
Muchos conductores asocian esa alerta con la hora de ir a repostar y algunos incluso apuran un poco más hasta desembolsar el coste que supone llenar el depósito. Sin embargo, pocos saben que apurar mucho el depósito es perjudicial para el vehículo y puede resultar en averías que costarán bastante más que un depósito de 98.
Cómo saber cuánto dura la reserva del depósito
Cuidado con la luz
La luz no siempre se ilumina en el mismo punto. Generalmente lo hace cuando la autonomía se sitúa por debajo de los 80 kilómetros o el combustible alcanza un nivel igual a un octavo del tanque.
Los kilómetros que puedes recorrer
La cifra media es de unos 60-80 kilómetros pero esta cantidad depende de otros factores como el uso que se esté haciendo del motor en ese momento, el peso que transporte el vehículo, el estilo de conducción, la edad del vehículo, el tamaño y el modelo del coche.
Te puede ayudar a encontrar una ruta más corta a tu destino, que requiera hacer un menor consumo del motor
Qué puede pasar si conduces con el coche en reserva
Succiona aire
El depósito usa el combustible para alimentar el motor pero cuando deja de tener los niveles adecuados comienza a absorber aire, algo que tiene consecuencias negativas para el motor y para la propia experiencia de conducción.
Pérdidas de potencia
Al conducir en reserva tu vehículo puede experimentar pérdidas de potencia que pueden poner en riesgo tu seguridad. Esto se produce porque el motor empieza a funcionar no sólo con combustible sino también con aire y esta no es la alimentación que necesita.
Impurezas del combustible
El combustible tiene impurezas que se van depositando en el fondo del tanque. Si dejamos que la gasolina y el diesel se acaben estas impurezas acabarán entrando en el motor y se incrustarán en las cabezas de los inyectores ocasionando a largo plazo una avería.
Apuesta por la conducción eficiente
Si importante es evitar conducir con el coche en reserva no lo es menos ser conscientes de que existen alternativas a los motores tradicionales.
Modo Eco
El modo eco ayuda a optimizar el consumo energético que hace el vehículo. Esto es posible porque evita aceleraciones bruscas y es capaz de controlar el rendimiento del aire acondicionado
Es una configuración si lo que buscas es ahorrar en consumo. Esto hace que este modo de conducción sea idóneo en cualquier situación: desde trayectos cortos, a trayectos por la ciudad. Este modo de conducción podrás activarlo desde el volante tú mismo.
Ahora ya sabes aproximadamente los kilómetros que dura la reserva del depósito, las consecuencias de conducir sin apenas combustible y opciones ecológicas y de calidad.
Tu coche sufre
Además de la posibilidad de quedarse sin carburante y exponerse a una multa, el coche sufre más de lo que sus conductores se piensan cuando se apura de más con la gasolina o el gasóleo. El sistema de alimentación de combustible del vehículo está formado por distintos componentes que pueden sufrir averías si se apura con el carburante. De hecho, sus averías pueden ser muy caras.
Para aquellos que no lo sepan, el sistema de alimentación de combustible está formado por distintos elementos en función de su carburante pero, a grandes rasgos, sus componentes son una bomba de combustible de baja presión, el filtro, la bomba de alta presión, las líneas de combustible y los inyectores.
Las bombas de combustible de baja presión son el corazón del sistema de alimentación, pues se encuentran en el depósito y se encargan de bombear y trasladar el combustible del tanque de carburante hasta los inyectores en el motor. Hay varios tipos, entre las que destacan las mecánicas y las eléctricas, que son las más utilizadas.
Por todo ello es aconsejable que no se apuren las reservas de carburante para que la bomba pueda hacer su trabajo de una manera cómoda para optimizar su rendimiento y alargar su vida útil tanto como sea posible.
También hay que tener en cuenta que la acumulación de sedimentos afecta activamente al sistema de alimentación de combustible.Con un gesto tan sencillo como ir a las pertinentes revisiones y realizar un buen mantenimiento de partes como el filtro de carburante se pueden evitar problemas muy graves en zonas como los inyectores así como en otros componentes del sistema de alimentación que podrían suponer averías tan caras como la de la bomba de combustible.
Uno de los componentes que más sufre en estos casos es la bomba, ya que es la encargada d hacer más esfuerzo para así poder absorber el carburante restante en el depósito, pero esto acabará cortando su vida útil.
Además combustible se encarga de refrigerar la bomba y su escasez puede formar burbujas de aire que impidan una correcta refrigeración de la misma, por lo que puede resultar en averías. No hay que ir con juegos porque una avería aquí puede girar en torno a los 1.000 euros de reparación.