¿Cuánto cuesta cambiar un airbag?

La bolsa de aire (en inglés, airbag), conocido también con las siglas SRS (Suplementary Restraint System o Sistema de Seguridad Suplementario) es el elemento de seguridad más moderno de un vehículo y uno de los que más rápido ha avanzado en el mercado automovilístico.    La combinación de los cinturones de seguridad y los airbags, es considerado como uno de los mejores sistemas de seguridad de vehículos para reducir las posibles lesiones ocasionadas por un accidente de tráfico.  Sin embargo, al ser el airbag un dispositivo instalado como complemento de los cinturones de seguridad, se tendrá que »reparar» una vez puesto en funcionamiento, debido a que estos tienen un solo uso: una vez activados, no pueden reutilizarse. Los airbags se ponen en funcionamiento debido a que tienen un sensor que detecta el movimiento brusco y,en palabras coloquiales, se produce una chispa que provoca el inicio de una reacción quimica por la cual  se infla el airbag en centésimas de segundo (normalmente se ponen en funcionamiento al producirse un impacto a más de 15 km/h).

Por lo tanto una vez se activa el airbag, repararlo no es una opción, si no que directamente hay que sustituirlo. Se tendrán que sustituir todos los airbags que hayan sido activos como consecuencia de dicha colisión.  El precio de la sustitución de un airbag puede variar de una manera destacable dependiendo de los diversos factores y de la cantidad de airbags que haya que sustituir. El precio mínimo de un airbag ronda aproximadamente los 350€. Sin embargo, no se puede sustituir solamente el airbag, si no que también habría que sustituir la centralita vinculada o la unidad de control.  En vehículos modernos el precio puede ascender por encima de los 6.000 euros en algunos accidentes.

¿Cómo funciona un airbag?

Desde hace varias décadas se han establecido los airbags como un sistema esencial en cualquier automóvil que se comercialice. Su objetivo principal es amortiguar al máximo posible el impacto de los pasajeros.

Dicho sistema se basa, esencialmente, en tres partes: las bolsas propiamente dichas, una centralita reguladora y un conjunto de sensores distribuidos en diferentes zonas del automóvil. Estos sensores están repartidos al rededor de todo el vehículo (colocándose una mayor cantidad en las zonas frontales y en las laterales.). Éstos son los que se encargan de medir la intensidad y procedencia del impacto y la trayectoria de la fuera del impacto. Por otro lado, la centralita es la que se encarga de analizar los datos recogidos por los sensores y determina qué airbags deben activarse.  Las bolsas de los airbags están compuestas por un material muy resistente. Como ya hemos mencionado anteriormente, estos elementos están repartidos por el interior del vehículo (dependiendo del vehículo y de su modernidad habrá más cantidad o menos). Estas bolsas se activan gracias a un material inflamable, el cual genera un gas en el interior de la bolsa al entrar en combustión. El «detonante» de dicha combustión es un sistema eléctrico conectado a la centralita, y logra inflar las bolsas en unos 30 milisegundos.  Esta combustión genera una »explosión» lo suficientemente fuerte como para inflar la bolsa (el airbag) antes de que los pasajeros impacten con alguna otra zona del vehículo (una vez hinchadas las bolsas de los airbags, éstas se desinflan rápidamente por unos orificios situados en la propia bolsa).

Es un elemento fundamental en el vehíchulo para tu seguridad y la de tus pasajeros, por lo que es muy importante cambiarlos una vez utilizados o averiados. No se podrá pasar ITV con la luz del airbag en el cuadro del coche encendida.