A pesar de que no son un elemento esencial para que el carro encienda o arranque, las escobillas del limpiaparabrisas son fundamentales para la seguridad del conductor y los pasajeros de un vehículo, sobre todo en temporada de invierno.
Si estas se encuentran en mal estado pueden entorpecer la visibilidad de conductor, además si se encuentran en mal estado (sucias, deformes, rígidas) pueden deteriorar el parabrisas.
Generalmente este elemento del vehículo no requiere de un cambio constante o un mantenimiento difícil. Solo en caso que se evidencia un mal estado, deben ser cambiados, lo que supone un gasto menor cada uno o dos años. Todo dependerá de los cambios climáticos a los que se encuentre expuesto el coche y el “mantenimiento” que estas reciban.
En este post traemos algunos casos en los que es necesario realizar el cambio de escobillas del limpiaparabrisas y así evitar inconvenientes.
¿Cuándo debe hacerse el cambio de escobillas?
Presentan ruidos al ser accionadas
Si al accionar las escobillas se presenta un ruido llamativo, a pesar de que el cristal se encuentra humedecido. Puede significar que las gomas de las escobillas se encuentran demasiado rígidas o desgastadas. De no realizar el cambio, estas pueden estropear el cristal con la fricción.
Presencia de suciedad al limpiar
Se deben cambiar si en vez de limpiar, las escobillas van dejando rastros de suciedad o dejen zonas sucias y otras limpias. En este caso las gomas pueden presentar un desgaste de forma irregular debido a que el portaescobilla no está realizando correctamente su función. Ambos pueden verse deteriorados por el tiempo y deben ser cambiados en conjunto
Gomas rugosas y cuarteadas
Si al accionar las escobillas para la limpieza se notan rayas en el cristal, puede pasar sus dedos por las gomas y determinar su estado. Si estas se encuentran cuarteadas y muy rugosas es recomendable un cambio de goma.